¿Han notado cómo todos los centros comerciales pasaron directamente de Acción de Gracias a la Navidad? 

En vez de los colores verde, rojo y dorado que se ven en todas partes, la parroquia los recibe con el color morado. ¿Por qué? Para muchos, el morado es el color del cielo justo después de la hora más oscura de la noche, que ofrece un destello del amanecer en el horizonte. También verán una corona con cuatro velas, pero solo una fue encendida en la primera semana. Esto significa que, claramente, estamos en vigilia y tenemos varias semanas por delante.

Verán, en vez de ir directamente a la Navidad luego de Acción de Gracias, nosotros reconocemos que existe otro tiempo intermedio, que es el tiempo de Adviento.

Reflexionemos acerca de dos temas que se exploran durante la temporada de Adviento. El primer tema une nuestros corazones con los hebreos ancestrales que se mantuvieron en vigilia por siglos esperando la llegada del Mesías. El segundo tema de Adviento nos llama a mantenernos en vigilia para el regreso de Jesús al final de los tiempos, cuando vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Ambos temas gritan con fuerza: “somos mortales, y nuestro tiempo es limitado”. Somos pecadores y necesitamos un salvador. Necesitamos a Jesús.

Amigos míos, con la esperanza que tenemos de una bendecida Navidad este año, creo que es espiritualmente saludable quedarnos en Adviento. Desde las coronas de adviento, las lecturas espirituales o los simples actos de amabilidad y caridad para con los necesitados, hay tantas maneras que podemos quedarnos en este tiempo.

Más que nada, el Adviento nos llama a orar y a reflexionar. Con todas las preocupaciones que nos pesan en nuestros corazones, estamos todos invitados a nuestros templos parroquiales para orar en santuarios envueltos en color violeta. Al hacerlo, no nos perderemos de ver la luz que está comenzando a vislumbrarse más allá del horizonte, que es Cristo y Señor.