Querida Kianna:

¿Cómo puedo hacer que el ayuno sea parte de mi vida después de la Cuaresma?

— Buscadora

 

Estimado buscadora:

Al comenzar este tiempo, se nos recuerda de los tres pilares principales de la Cuaresma: Oración, ayuno y limosna. Esto nos permite unirnos más profundamente a Jesús en su camino a la cruz. 

Pero seamos sinceros: ¿Quién disfruta ayunando? Ciertamente, ¡yo no! En el pasado, temía los días de ayuno y contaba las horas para que terminaran. El ayuno sacaba a relucir mi malhumor y mi falta de paciencia (¿Alguna vez escucharon la palabra “hangry” [combinación de las palabras en inglés para “hambre” (hungry) y “enojo” (angry)]?

Si alguna vez te has sentido así, no eres el única. Permíteme proponer una forma diferente de abordarlo. Este año, deseo ayunar con una nueva actitud, ¡y te invito a hacerlo conmigo!

La belleza del ayuno es que nos desafía a experimentar una forma de negación física para que podamos unir nuestro espíritu con el Señor. Es muy difícil negarnos a nosotros mismos, pero así es como crecemos en santidad, ofreciendo nuestra vida y nuestro corazón al Señor. 

Esa negación física puede ir más allá de la comida. Te invito a mirar honestamente tu vida y analizar cómo estás utilizando tu tiempo. ¿Pasas demasiado tiempo en redes sociales o en Internet? ¿Pasas mucho tiempo mirando la televisión o videos en YouTube? ¿Te gusta jugar videojuegos o participar en otras formas de entretenimiento? Estos son solo algunos ejemplos, y aunque ninguna de estas actividades es mala si las practicas de manera equilibrada, la Cuaresma nos brinda una oportunidad de ayunar de algunas cosas que consumen nuestro tiempo. 

Yo tiendo a tomar mi teléfono celular y mirar las redes sociales o videos en YouTube al despertarme o antes de ir a dormir (los momentos en que podría estar orando, leyendo la Biblia o escribiendo en mi diario). Este año, deseo continuar el desafío de limitar el tiempo que paso en línea para poder pasar más tiempo en íntima oración y unión con el Señor, especialmente al comenzar y terminar cada día. Deseo ayunar de otras cosas que consumen mi tiempo para poder liberar espacio y conectarme con el Señor sin ninguna distracción. 

La parte más bella de esta práctica es que puede extenderse más allá de la Cuaresma. Te animo a crear hábitos para toda la vida durante esta Cuaresma. 

Si estás temiendo el ayuno (de comida y otras cosas) recuerda que este tiempo nos permite tener una relación más íntima con el Señor y parecernos más a Él. De eso realmente se trata la vida, ¿no? De aprender cómo amar como Jesús y convertirnos en producto de su amor. 

¡Que Dios te bendiga en tu camino!

Noroeste Católico – Febrero/Marzo 2023